Una investigación plantea la posible existencia de un océano subterráneo de agua líquida en Caronte, luna de Plutón.
Si la superficie helada de una luna gigante de Plutón, Caronte, presentara grietas, un análisis de las fracturas podría revelar si su interior estuvo caliente, quizá lo bastante como para haber mantenido un océano subterráneo de agua líquida, según los resultados de una nueva investigación.
Plutón es un mundo extremadamente distante, que gira en torno al Sol a una distancia de unas 30 veces la que separa a éste de la Tierra.
Con una temperatura superficial estimada en unos 229 grados centígrados bajo cero (alrededor de 338 grados Fahrenheit bajo cero), Plutón es demasiado frío para permitir la existencia de agua líquida en su superficie. Las lunas de Plutón, por su parte, se hallan en el mismo medio ambiente helado.
Plutón es tan remoto y tan pequeño que es difícil de observar, pero en julio de 2015, la nave New Horizons de la NASA se convertirá en la primera en visitarlo, tanto a él como a Caronte, y proporcionará las observaciones más detalladas hasta la fecha.
El modelo con el que ha trabajado el equipo de Alyssa Rhoden, del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland, predice diferentes patrones de fracturas en la superficie de Caronte dependiendo del grosor de su corteza de hielo, la estructura interior y grado de deformabilidad de este satélite, y cómo evolucionó su órbita. Comparando las futuras observaciones de Caronte que haga la New Horizons con las diversas predicciones se podrá determinar cuáles encajan mejor y descubrir si Caronte pudo tener un océano subterráneo en su pasado.
Algunas lunas alrededor de los planetas gaseosos gigantes en el sistema solar exterior poseen superficies agrietadas con evidencias de interiores oceánicos; la luna Europa de Júpiter y la luna Encélado de Saturno son dos ejemplos.
A medida que Europa y Encélado se mueven en sus órbitas, un «tira y afloja» gravitatorio entre sus respectivos planetas y sus lunas vecinas impide que estas órbitas se vuelvan circulares. Al contrario, estas lunas tienen órbitas excéntricas (con una forma ligeramente ovalada) que desencadenan mareas diarias, las cuales a su vez flexionan el interior y generan tensiones estructurales en la superficie. Se cree que el calentamiento de marea ha prolongado la existencia en estado líquido del agua de los océanos subterráneos de Europa y Encélado, al mantener sus interiores calientes.
En el caso de Caronte, el nuevo estudio ha permitido determinar que una antigua excentricidad orbital pudo generar grandes mareas, causando fricción y fracturas en la superficie. Caronte es inusualmente masivo en comparación con su planeta, ya que posee aproximadamente una octava parte de la masa de Plutón, lo cual es un récord en el sistema solar. Se piensa que Caronte se formó mucho más cerca de Plutón, después de que un impacto gigantesco eyectó material de la superficie del planeta. El material fue lanzado a una órbita alrededor de Plutón, y se congregó bajo su propia gravedad hasta formar a Caronte y a varias lunas más pequeñas.
Dependiendo de cómo evolucionó exactamente la órbita de Caronte, pudo haber suficiente calor procedente de la deformación de marea como para mantener agua líquida bajo la superficie de Caronte durante algún tiempo.
Dado que el agua líquida es un ingrediente necesario para las formas conocidas de vida, los océanos de Europa y Encélado están considerados como lugares donde podría encontrarse vida extraterrestre. Sin embargo, la vida necesita una fuente de energía utilizable, y un amplio suministro de muchos elementos clave, como carbono, nitrógeno y fósforo. No se sabe si esos océanos contienen tales ingredientes adicionales, o si han existido suficiente tiempo como para que se formara vida. Las mismas preguntas se aplicarían a cualquier océano antiguo que pudiera haber existido bajo la corteza helada de Caronte.