Un grupo de investigación hispano-norteamericano ha comparado el crecimiento facial del chico de la Gran Dolina, un Homo antecessor de Atapuerca, y el de Turkana, Homo ergaster hallado en África. Sus datos sugieren que el rostro del chico de la Gran Dolina sería como el de Homo sapiens.
Un estudio, que publica la revista PLOS ONE, ha comparado el crecimiento facial del ‘chico de la Gran Dolina’, fósil encontrado en Atapuerca (Burgos) perteneciente a Homo antecessor, y ‘el chico de Turkana’, fósil de Homo ergaster hallado en el Lago de Turkana (África).
Los datos de dicho trabajo, basados en la remodelación que sufre el hueso durante el desarrollo –que deja huellas inequívocas de la dinámica del crecimiento de cada elemento óseo–, sugieren que la cara del chico de la Gran Dolina, cuyos rasgos modernos se han utilizado como prueba de la especie de Homo antecessor, sería como la de Homo sapiens si se hubiera seguido desarrollando hasta la edad adulta –se estima que tendría entre 10 u 11 años–.
“Ahora podemos afirmar que la cara ‘moderna’ apareció en alguna población humana hace al menos un millón de años y que, por el momento, Homo antecessor sigue siendo la especie más antigua con ese rasgo anatómico tan importante”, afirma José Mª Bermúdez de Castro, del Grupo de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), que ha participado en el estudio, junto a María Martinón-Torres, del mismo grupo.
Fósiles faciales del ‘chico de la Gran Dolina’, encontrado en Atapuerca (Burgos) perteneciente a Homo antecessor, y del ‘chico de Turkana’, Homo ergaster hallado en el Lago de Turkana (África)./ PLOS ONE.
Su cara moderna está en consonancia con su tamaño cerebral, de más de 1.000 centímetros cúbicos, y con su patrón moderno de desarrollo dental.
La comparación del patrón de crecimiento facial con un individuo de su misma edad dental, el chico de Turkana, pero fallecido en el este de África hace 1,6 millones de años, ha revelado diferencias sustanciales. Aquel hominino africano fue asignado a la especie Homo ergaster y su patrón de remodelado facial responde al modelo primitivo, que los primeros Homo comparten con Australopithecus.
Fuente: Sinc